Rocío se lanza a la conquista de espacios y situaciones improbables: un parque, la orilla de un río o del mar, un museo, una plaza, espacios públicos o privados, improvisando hacia nuevos caminos, sembrando las semillas de una próxima creación…
Siempre con la misma precisión rítmica, la misma elegancia, la misma audacia, y esa necesidad de incluir al público cultivando el arte de sorprender.